Cuando algo te apasiona, dedicar gran parte de tu vida a ello resulta fácil, y transmitirlo a los demás, también. Y con pasión comenzó mi carrera profesional. Pero no con la mía, sino con la de mi madre. Su pasión y dedicación a la oculoplastia me cautivó desde el principio, y de una manera inconsciente. Me hizo querer ser lo mismo que ella y amarlo de la misma manera. Pero ese camino está lleno de retos difíciles que hay que superar para obtener la excelencia alcanzada por ella.
Dr. Marco Sales
ESPECIALISTA EN CIRUGÍA DE PÁRPADOS
Una vez ya en la facultad de medicina, desde cuarto de carrera, me “pidió” que fuese a ayudarla a quirófano. Una ayuda que, hoy, sé que no necesitaba, pero que hacía que te sintieras responsable y que te obligaba a estudiar y a preparar todas las cirugías para dar la talla. De forma casi inconsciente, durante los cuatro años siguientes (tres de carrera y uno de preparación del MIR), había aprendido ya la mayor parte de las técnicas quirúrgicas de la oculoplástica, asimilando las difíciles maniobras quirúrgicas como algo natural, como la forma “normal” de hacer las cosas.
Para poder ser oftalmólogo, se necesita obtener un buen número en la oposición MIR y, especialmente, para optar a los mejores hospitales. En mi caso quería hacer la especialidad en el Ramón y Cajal, el hospital que primero se acaba en las elecciones de plaza, en aquella época, generalmente, en los 100 primeros números. Conseguí la plaza y, en él, complete mi formación como oftalmólogo.
Durante estos 4 años tuve la suerte de formarme con oftalmólogos punteros en cada una de las subespecialidades (retina, estrabismo, glaucoma etc). Además de seguir operando con mi madre durante toda la residencia, asistí a quirófanos de cirugía maxilofacial, tuve la oportunidad de aprender en Brasil y Francia con oftalmólogos oculoplásticos de referencia, y rotar 6 meses en cirugía cráneo-facial en París. Todo ello me proporcionó una formación muy completa, habiendo realizado, durante mi especialización, incluso técnicas reservadas a prestigiosos especialistas de larga trayectoria profesional.
Ya como adjunto especialista pude quedarme a trabajar en la unidad de órbita y oculoplástica del Hospital Ramón y Cajal. En ella he podido hacerme cargo de casos complejos de patología orbitaria, al ser centro de referencia nacional (CSUR) en tumores orbitarios y orbitopatía tiroidea. Dentro de las patologías que el ministerio de sanidad considera que deben ser tratadas en centros de referencia, dos afectan a la oculoplástica; los tumores y la orbitopatía tiroidea, siendo, junto con el hospital de Bellvitge, los dos únicos centros de referencia nacional para tratar estas enfermedades.
Igualmente desde el final de la residencia, ejercí la práctica privada de la especialidad. En ella, aparte de realizar las mismas técnicas reconstructivas y rehabilitadoras que en el hospital, me focalicé en cirugía estética periocular, principalmente en las blefaroplastias. La gran especialización en la región anatómica periocular, me ha permitido desarrollar con precisión las técnicas de cirugía estética y rejuvenecimiento de dicha zona, optimizando los resultados y minimizando las complicaciones.
Y así se cierra el ciclo. La pasión que mi madre consiguió transmitirme en su trabajo la he convertido en propia, y la intento transmitir esforzándome al máximo y dando lo mejor de mí mismo a cada uno de mis pacientes.
1.
TRAYECTORIA
2.
VISIÓN
3.
OCULOPLASTIA
4.
COOPERACIÓN
VISIÓN DE LA OCULOPLASTIA
La Cirugía Oculoplástica es la subespecialidad de la oftalmología que se encarga del estudio y tratamiento de las afecciones de los párpados, la órbita y la vía lacrimal.
El cirujano oculoplástico es un oftalmólogo con una formación específica y una dedicación exclusiva a los párpados y la órbita. Dado que la oculoplástica constituye un área compleja requiere una formación muy amplia y variada. En primer lugar, es fundamental una buena formación en Oftalmología, puesto que el objetivo primordial debe ser siempre, y ante todo, proteger el ojo a través de una correcta función de los párpados. Además requiere también conocimientos en Cirugía Plástica, que permitan evaluar armónicamente la relación de los párpados con el resto de estructuras adyacentes de la cara; conocimientos en cirugía maxilofacial, para el correcto manejo de los huesos de la órbita; conocimientos en dermatología, para valorar y tratar adecuadamente los tumores y lesiones cutáneas de los párpados, y, por último, conocimientos en Otorrinolaringología, debido a la localización estratégica de la órbita, rodeada por los senos paranasales. Por todo ello, es imprescindible una formación específica, completa y prolongada, y una dedicación exclusiva, puesto que solo de esta manera podremos ofrecer la máxima calidad asistencial a nuestros pacientes.
La cirugía reconstructiva es la que se encarga de restaurar las partes dañadas o pérdidas tras un traumatismo o tumor. Por ejemplo, para tratar la mayoría de los tumores de la piel de los párpados es necesario eliminar el fragmento de párpado que contiene el tumor, llegando, en ocasiones, si el tumor es muy extenso, a tener que sacrificar el párpado completo. Dado que la función primordial de los párpados es la de proteger el ojo, la ausencia del párpado, o su mala función tras una incorrecta reparación, podría dañar el ojo en tan sólo un breve periodo de tiempo, en ocasiones incluso horas. La cirugía oculoplástica se encarga en estos casos de reconstruir el párpado, intentando crear una estructura nueva que cumpla perfectamente su función de protección, y que, a su vez, se asemeje lo máximo posible a un párpado normal para lograr un resultado funcional y estético óptimo.
La cirugía rehabilitadora es la que se encarga de restaurar el aspecto y la función normales de los párpados, alteradas por las distintas enfermedades. Por ejemplo, los párpados puede perder su morfología habitual y “evertirse” o “invertirse” de manera que dejan de contactar adecuadamente con el ojo y permiten, o incluso provocan, su irritación constante. La cirugía oculoplástica trata de volver a colocar los párpados en su posición habitual, de modo que el ojo no se dañe, y que éstos, a su vez, recuperen su aspecto normal.
La cirugía estética, por último, es la que se encarga de aplicar las técnicas utilizadas en los puntos anteriores con el objetivo de intentar rejuvenecer el aspecto de la mirada.
COOPERACIÓN INTERNACIONAL
Durante mi carrera profesional, he tenido la oportunidad de cooperar en varias campañas en zonas desfavorecidas de África, destacando sobretodo Dapaong en Togo y Turkana en Kenia.
Una de las principales causas de ceguera en los países del tercer mundo es el tracoma, una infección crónica de la conjuntiva que al ir cicatrizando engruesa los párpados y los curva hacia el ojo, produciendo un roce continuo de las pestañas sobre la superficie ocular, y con ello unas cicatrices opacas sobre la córnea que pueden conducir al a ceguera. La labor realizada en este aspecto por Turkana Eye Proyect (ojoturkana.org), con los que he tenida la oportunidad y el honor de colaborar, ha sido y es importantísima, ya que se ha repartido medicación (Azitromicina) de forma generalizada, con el objetivo de intentar erradicar el tracoma de la región, sobrepasando un 85% de cobertura poblacional.
Los casos afectados (con afectación palpebral y pestañas mal orientadas) pero que todavía no tienen cicatrices corneales que les impidan la visión, son operados de cirugia palpebral para corregir la malposición, evitar que sigan rozando y que lleguen a producir ceguera.
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