La obstrucción del conducto nasolacrimal (la comúnmente llamada “Rija”) es una causa muy frecuente de lagrimeo. Además del lagrimeo, también suele producir conjuntivitis de repetición, ya que el saco lagrimal actúa como reservorio de bacterias. En ocasiones el saco lagrimal se puede dilatar y producir un bulto en el canto interno, que si se infecta origina mucho dolor junto con signos de infección la zona.

El tratamiento de la obstrucción del conducto nasolacrimal en adultos es siempre con cirugía. No existe ningún tratamiento médico que cure la obstrucción. Con la cirugía lo que se pretende no es repermeabilizar la vía obstruida, sino hacer una nueva vía de drenaje del saco lagrimal a la nariz. Esta cirugía se denomina Dacriocistorrinostomía (DCR). La Dacriocistorrinostomía hace desaparecer tanto el lagrimeo como las conjuntivitis de repetición.

Existen 3 formas de realizar la Dacriocistorrinostomía: externa, endonasal o con láser transcanalicular.

Es la cirugía considerada “gold standard”. Se realiza a través de una pequeña incisión en la piel entre la nariz y el ojo, generalmente más o menos donde apoyan la gafas. Es la que mejor tasa de resultados tiene, estando entre el 90-95%. Esto quiere decir que sólo a un 5-10% de los pacientes se les cierra de nuevo la comunicación que se ha realizado. Es la la forma más versátil y la que mejor te permite controlar cualquier imprevisto que aparezca durante la cirugía. Se realiza con anestesia local y sedación intravenosa para que el paciente esté tranquilo, y con carácter ambulante, es decir que no requiere ingreso hospitalario. La cirugía y el postoperatorio no son dolorosos y la recuperación es rápida, haciendo una vida normal a los pocos días. El único inconveniente de la DCR externa es que tiene un pequeño riesgo de cicatriz visible. No obstante, si se siguen ciertas precauciones a la hora de colocar la incisión y durante la cirugía, sólo menos del 3% de los pacientes tienen una cicatriz que ellos consideren estéticamente desfavorable. En estos casos se pueden realizar pequeñas cirugías en la cicatriz para mejorarla.

En vez de hacer un corte en la piel, se hace a través de la nariz, con el uso del endoscopio, por lo que su principal ventaja es que no tiene cicatriz visible. Tiene una tasa de éxitos ligeramente menor que la externa, por lo que es ligeramente menos eficaz. Además en muchos casos necesita hacerse con anestesia general, ya que es difícil anestesiar completamente la nariz para poder trabajar a través de ella sin dolor para el paciente.

Utiliza una sonda de láser muy fina a través de la propia vía lagrimal, de tal forma que es la menos agresiva de todas. Tiene como ventaja que se puede hacer en pacientes con problemas de coagulación o que toman anticoagulantes como el sintrom. Su mayor inconveniente es que su tasa de éxitos es muy reducida, con un porcentaje muy alto de fracasos, por lo que sólo la recomendamos en casos muy excepcionales.

El Dr. Marco Sales recomienda en general hacer siempre de primera opción la Dacriocistorrinostomía externa, ya que es la que mayor tasa de éxitos tiene, se puede hacer con anestesia local y sin hospitalización y la probabilidad de cicatriz desfavorable es muy pequeña.

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