En los párpados aparecen con mucha frecuencia lesiones cutáneas. La mayor parte de ellas son benignas, sin embargo hay que tener presente que los párpados son la localización más frecuente de los cánceres de piel, sobretodo los carcinomas basocelulares, por lo que es muy importante la valoración por un especialista ante la aparición de cualquier lesión que crezca nueva en los párpados.
Las lesiones benignas se pueden quitar por motivos estéticos, ya que los ojos es el lugar donde siempre miramos al relacionarnos con otras personas, por lo que no suelen pasar desapercibidas. Suelen poder quitarse siempre con anestesia local y sin complicaciones. Hay que tener especial cuidado con las que aparecen cerca de los puntos o canalículos lagrimales para evitar dañarlos durante la cirugía.
Las lesiones malignas hay que quitarlas siempre, ya que pueden poner en peligro la vida del paciente. Los carcinomas basocelulares si se quitan completamente es excepcional que vuelvan a salir, y no producen metástasis, por lo que se pueden considerar curados. Otros tumores malignos, como los carcinomas espinocelulares o los carcinomas sebáceos, sí tienen riesgo de recidiva y de metastatizar a distancia, por lo que es muy importante su diagnóstico precoz para tratarlos cuanto antes.
En la cirugía de los tumores malignos de los párpados, el criterio principal es el oncológico, es decir quitar el tumor entero. No hay que condicionarse al miedo de una reconstrucción posterior más difícil. En muchos casos se recomienda además realizar cirugía de Mohs o con control de bordes durante la cirugía para asegurar que el tumor está quitado entero antes de reconstruir el defecto que se ha provocado. El segundo criterio es el funcional, es decir conseguir que los párpados cierren bien y el ojo esté protegido y no se seque. Y por último el tercer criterio es el estético. Esto implica que no se debe sacrificar la funcionalidad del párpado por un resultado estético mejor. No obstante, con las técnicas actuales de reconstrucción, los resultados suelen ser funcionalmente y estéticamente muy buenos
El orden de prioridades en la cirugía de los tumores malignos de los párpados es:
- Quitar el tumor entero
- Conseguir un párpado funcionante que cierre bien
- Conseguir el resultado estéticamente más favorable posible
