Los ojos son la parte del cuerpo que primero miramos al relacionarnos con otras personas. Por ello, cualquier alteración por muy menor que sea, no suele pasar desapercibida. Desde nuestro punto de vista, el buen resultado de la blefaroplastia es aquel que no tiene el aspecto de “operado”. El objetivo no es cambiar la expresión ni los ojos del paciente, ya que son parte de lo que somos cada uno, sino que se tenga un aspecto más descansado, menos triste, con la sensación de una mirada más joven.
Durante el envejecimiento normal, aparece un exceso de piel en el párpado superior, y un aumento de las bolsas grasas en el parpado inferior, produciendo un aspecto cansado y triste de la mirada. La blefaroplastia corrige estos cambios, favoreciendo una mirada más despejada, descansada, alegre y joven.
Los párpados son estructuras altamente complejas y delicadas que se encargan de proteger al ojo. Cualquier alteración en los mismos, por pequeña que sea, puede alterar la salud ocular. Por ello es básico realizar un examen ocular completo antes de cualquier cirugía en los párpados, para evitar riesgos sobre los ojos y la función visual.
Por ello recomendamos que la blefaroplastia se realice por un oftalmólogo especialista en oculoplástica, cuya dedicación exclusiva al área periocular, le capacita para valorar de forma integral los cambios de los parpados y proteger la salud ocular.